Luego de ocho meses de emergencia sanitaria, a causa del COVID-19, la salud mental de los peruanos se ha visto afectada, a esto se suma la situación de incertidumbre y la inestabilidad política que se ha vivido en los últimos días, en nuestro país, aumentando los casos de angustia, ansiedad y ataques de pánico, siendo el estrés, el origen de todos estos males.
Para María Garrido Hidalgo, psicóloga del Servicio Psicológico de la Universidad César Vallejo, el estrés es el detonante de muchas enfermedades físicas y mentales, en algunos casos las vías para canalizarlo, se han visto restringidas, debido a la pandemia, “el estrés ha provocado problemas de comunicación en la familia, inestabilidad o desbordes emocionales. Muchos de mis pacientes me comentaban que pasaban las noches llorando o no podían dormir porque no sabían que sucedería al día siguiente”, señaló Garrido Hidalgo.
La profesional en salud mental, indicó que han surgido importantes iniciativas locales y nacionales para tratar de regular esa situación, brindando un soporte profesional que permita canalizar el estrés y demás emociones, por ello sugiere tener en cuenta las siguientes actividades que pueden realizarse desde casa:
1. Organizar las actividades laborales, familiares y personales en casa, de tal forma que no genere preocupación. Organizarnos aumentará la sensación de control sobre nosotros y las circunstancias.
2. Mantener una alimentación balanceada, ya que la alta ingesta de grasas, azúcares y harinas procesadas aumentan la energía, sobreestimulando el sistema nervioso, llevando a experimentar mayores niveles de ansiedad e irritabilidad.
3. Es importante cuidar la calidad del sueño y descansar el tiempo adecuado por las noches, ya que hay funciones que el organismo realiza en ese tiempo como el proceso de desintoxicación, regulación del cortisol, aportando equilibrio a nuestro estado de ánimo al día siguiente.
4. Realizar actividad física como: baile, caminata, estiramientos y ejercicios funcionales, para estimular la segregación de neurotransmisores como la serotonina y dopamina, que contribuyen positivamente en nuestras emociones y estados de relajación y placer.
5. Disponer de tiempo para conectar con los demás, compartir con la familia o personas con las que convivimos y fortalecer los vínculos afectivos.
6. Disponer de tiempo para conectarse con uno mismo. Es importante tener momentos a solas, por lo menos una media hora al día, donde podamos desconectar la mente de las actividades rutinarias.
“Practicar el agradecimiento, en esta situación que estamos viviendo, según la neurociencia, permite activar y enfocar nuestra mente. Ese simple acto genera una dinámica neuronal que estimula ciertas áreas de nuestro cerebro, relacionadas con la memoria, la atención y concentración, ayudando a fortalecerlas. También estimula favorablemente el sistema límbico, dando pase a emociones satisfactorias y pensamientos positivos”, resaltó María Garrido Hidalgo.