Durante el contexto de la pandemia por el covid-19, el Programa Nacional Cuna Más ha garantizado el desarrollo infantil temprano de sus niñas y niños usuarios mediante la entrega ininterrumpida de sus servicios.
Anaís Prudencio es una “madre cuidadora” de la cuna Comunal 5, en el distrito de San Juan de Lurigancho. Tiene 24 años y cuando apenas tenía 12 meses de vida su madre tenía que irse a trabajar como comerciante ambulante y la dejaba al cuidado del personal del Programa Nacional Cuna Más del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
Ahora, Anaís no solo colabora con Cuna Más: es estudiante universitaria y su hija de 2 años y medio recibe la atención integral en otra cuna del distrito más poblado de Lima.
Cadena generacional
“Es una cadena generacional de apoyo”, define la joven. “Tener confianza en el programa hizo que sea mi niña quien ahora forme parte de Cuna Más. Me alegra mucho saber que con la estimulación que recibe avanza en su desarrollo infantil. Y cómo no confiar, ¡si la ‘madre cuidadora’ de mi hija es la misma mujer que cuidó de mí, que ha continuado pendiente de ella todos estos meses!”.
Su historia es una demostración de que los programas sociales, conducidos de forma adecuada, pueden generar impactos positivos en la población que los recibe.
En tiempos del covid-19
La crisis generada por la pandemia amplió las brechas sociales en el país, convirtiéndose en un reto que demanda al Estado redoblar sus esfuerzos para velar por la primera infancia.
En esa línea, Cuna Más enfrentó el desafío de seguir brindando sus servicios de manera ininterrumpida en todo el país.
Antes de la llegada del covid-19, el Servicio de Cuidado Diurno (SCD) se brindaba en los centros infantiles de atención integral (CIAI), más conocidos como “cunas”, donde los niños menores de 36 meses recibían atención integral en salud, nutrición, seguridad, protección, afecto, descanso. También mediante el juego, aprendizaje y desarrollo de habilidades.
Tras el inicio de la emergencia sanitaria, las cunas físicas cerraron para evitar los contagios, pero el servicio continuó brindándose, ya que el cuidado y protección de la infancia beneficiaria no podía detenerse.
“Es como si la cuna estuviera en mi casa porque aquí replicamos los cuidados que recibía mi hijito. Estamos pendientes de que no tenga anemia gracias a los alimentos y suplementos de hierro que recibimos. Le enseño el lavado de manos y actuamos con él de manera más amorosa”, cuenta Patssy Alván, la mamá de Bruno, un beneficiario del distrito de San Juan Bautista, provincia de Maynas, Loreto.
Actores comunales
Jenny Chillihuani es “actora comunal” del distrito de Ocongate, provincia de Quispicanchi, región Cusco. Una vez al mes visita casa por casa de “mis” niñas y niños. Entrega a los padres kits de higiene y protección, con los cuales promueve el lavado de manos, que en el contexto de pandemia resultan claves.
“Realizo llamadas semanales donde conversamos amplio con los padres guiándolos en el cuidado de sus hijos. También, diariamente enviamos mensajes de texto para asesorarlos”, comenta la actora comunal.
Juego y SAF
Y como a través del juego también se aprende, a nivel nacional, los niños beneficiarios del programa han recibido adicionalmente un kit de Desarrollo Infantil Temprano que incluye juguetes y libro de cuentos didácticos.
Por otro lado, a través del Servicio de Acompañamiento a Familias (SAF), Cuna Más atendió al cierre de octubre a 117,109 familias, compuestas por 54,079 niñas y 55,956 niños, además de 9,738 gestantes en 743 distritos pertenecientes a 19 regiones.
Este servicio tiene por finalidad lograr el desarrollo y fortalecimiento de conocimientos, capacidades y prácticas adecuadas de cuidado y aprendizaje de las familias o cuidadores principales de los niños.
El Midis le otorgó el respaldo legal a la adecuación de servicios, así, la estrategia de Prestación de los Servicios en Contextos no Presenciales resultó determinante para seguir beneficiando a las usuarias y usuarios. Justamente, la Declaración Universal de los Derechos del Niño contempla el derecho a la atención y ayuda preferentes en caso de peligro, y las intervenciones de Cuna Más responden a ese derecho.
Ya sea mediante llamadas telefónicas, mensajes de texto SMS o el aplicativo WhatsApp, radios comunitarias y perifoneo, los servicios llegan hasta las comunidades más alejadas en Costa, Sierra y Selva.
Cerrando brechas
Dado el contexto de crisis sanitaria, atender solo a las usuarias y usuarios de ambos servicios no era suficiente. Los efectos de la pandemia se agudizaron con los meses. Para cubrir la demanda de atención para más niños se crea en julio una nueva intervención que permite cerrar la brecha de atención en los menores de 12 meses de edad a nivel nacional: la Intervención Temporal para la Primera Infancia (ITPI).
La ITPI tiene por meta cerrar el año atendiendo a 76,747 menores de 12 meses en situación de vulnerabilidad, de 690 distritos rurales en 18 regiones del país. Mediante ella se garantiza el acceso al Paquete Integrado de Servicios Priorizados para la primera infancia consistente en DNI, Control de Crecimiento y Desarrollo (CRED), vacunas, suplementación de hierro y dosaje de hemoglobina. A la fecha, la ITPI tiene un avance de cobertura de 76%. El trabajo articulado con el sector Salud permite que estos nuevos beneficiarios reciban su dotación de vacunas acorde con su edad y un estricto control de la anemia.
Ejemplo de este avance es la Unidad Territorial de Lambayeque, donde el personal conformado por facilitadores, actores comunales, voluntarios y equipo técnico desplegó esfuerzos para alcanzar su meta de registro de la niñez.
Para captar y monitorear a los menores fueron necesarias las llamadas por teléfono, y, sobre todo, las visitas de campo. Todo ello durante los meses más álgidos de la pandemia y guardando todos los protocolos sanitarios. Lambayeque es la región que, al cierre de octubre, encabeza el ranking con mejor desempeño en cumplimiento de meta.