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  • Este mes, el informe de la OIT señaló que el Perú es el segundo país de América Latina y el Caribe con la mayor tasa de informalidad.
  • Mónica Muñoz Nájar, especialista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) comenta estos datos del informe en referencia al Perú y recomienda cómo afrontar la situación laboral que señala el documento.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó recientemente el informe “Panorama Laboral de América Latina y el Caribe”, donde se puso en evidencia la situación laboral del Perú y se detallan varios indicadores laborales como la tasa de informalidad y ocupación, así como la pobreza laboral.

Lo primero a destacar es que, a nivel de América Latina, uno de cada dos trabajadores ocupa empleos informales y en nueve de los 15 países evaluados no se han recuperado sus niveles de empleo anteriores a la pandemia. De hecho, en países como Chile, Colombia y México, las tasas de empleo se encuentran por debajo de lo registrado antes de la pandemia.

En Perú, se ha dado una recuperación en términos absolutos, pero lamentablemente, la mayor parte del empleo que se ha recuperado ha sido informal: “De hecho tres de cada cuatro empleos recuperados luego de la pandemia han sido empleos informales, que no ofrecen protección social a sus trabajadores, esto ha empeorado la situación de alta vulnerabilidad laboral que ya teníamos en Perú”, señala la economista Mónica Muñoz Nájar, de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).

De hecho, según la OIT, la tasa de informalidad laboral en el país asciende a más del 70%, siendo el segundo país de la más informal después de Bolivia. Muñoz Nájar, señala que este dato es preocupante ya que las personas que trabajan en estas condiciones tienen tres o cuatro veces más probabilidades de caer en la pobreza.

La economista de REDES indica también que el camino hacia la formalidad laboral es uno de los más grandes desafíos que se tiene en el país. La OIT propone políticas que mejoren la calidad de los empleos y permitan que los trabajadores tengan acceso a un seguro social y servicios de salud. Asimismo, sugiere medidas como la capacitación y formación de los trabajadores, la implementación de medidas de protección social y el diálogo social entre los actores laborales. Estas políticas son necesarias para reducir la informalidad laboral, la pobreza y la desigualdad en la región.

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