La minería ilegal no da tregua y sigue expandiéndose con total impunidad en el cerro El Toro (Huamachuco) sin que nadie se atreva a incursionar en la zona por las mafias que se han apoderado del lugar y la complicidad de falsos dirigentes ligados a esta ilícita actividad.   

Sin importarles el avance de la pandemia en esta provincia andina de Sánchez Carrión, que ya registra más de 2 mil 800 casos de Covid-19, mineros ilegales están ocupando  nuevas áreas para la construcción de pozas de cianuro y la apertura de vías para trasladar  insumos químicos que utilizan para la extracción ilegal del oro. 

Mineros ilegales están ocupando nuevas áreas para  su ilícita actividad y arrasan a su paso con hectáreas de plantaciones y contaminando el agua de los campos de sembríos

Así lo denunciaron los pobladores de la zona, quienes advirtieron de la migración de los mineros  ilegales a nuevas áreas cerca al  convulsionado cerro El Toro. Al  lugar han movilizado maquinaria pesada para realizar los trabajos de acondicionamiento de sus operaciones y están arrasando con todo a su paso, provocando la deforestación  de plantaciones de eucaliptos y contaminación del agua que llega a los campos de sembríos.     

Las autoridades también detectaron otros campamentos mineros ilegales que por la situación precaria en la que operan no garantizan las medidas de salud frente al coronavirus por lo que representan un gran riesgo.  Estas mafias  contaminan y depredan a la vista de todos, amenazan al poblador que se atreve a denunciar, con arma de fuego en mano. Esto  ante la debilidad de las instituciones competentes, así como el silencio y  la complicidad de algunos dirigentes y comuneros ligados a la minería ilegal.  

Estas mafias se han concentrado en el caserío de Shiracmaca  y utilizan a los comuneros para oponerse a las operaciones formales que operan en el lugar,   convirtiendo el cerro El Toro en una bomba de tiempo.  Según denunciaron, intereses personales ligados a la minería ilegal, estarían detrás de los constantes conflictos  con una empresa minera de la zona.

Uno de ellos,  es el  tesorero de la Junta Administradora de Servicio y Saneamiento (JASS) de Shiracmaca, Delmer Alva, quien es sobrino de Osvaldo Alva, pastor de una iglesia evangélica investigado por minería ilegal. Este sujeto estaría promoviendo protestas para agilizar la obra del proyecto agua para Shiracmaca sin las evaluaciones técnicas requeridas, debido a que su cuñado realiza el perfil técnico de la obra financiada por la empresa privada, según sindicaron los pobladores. También dirigentes que son propietarios de agencias de transporte  buscan beneficio personal. 

Recientemente, la consejera regional Jennifer Catalán participó de una reunión con estos cuestionados dirigentes  para reclamarle a la municipalidad de esta provincia y a la empresa privada; sin embargo, los pobladores cuestionaron su falta de accionar para enfrentar también a la minería ilegal de la zona que contamina el agua,  causa muerte y destrucción.

El daño ambiental es irreversible, al igual que el accionar de las mafias que operan en este lugar, por lo que los pobladores pidieron la intervención de las autoridades para enfrentar la amenaza constante de esta ilícita actividad.

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