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Ella es acusada de estafar a miles de personas con entradas falsas a conciertos en Lima

ANDINA/Difusión

Pamela Soley Cabanillas, la joven investigada por estafar a miles de personas con la venta de entradas falsas para conciertos en Lima, recientemente extraditada de España, cumplirá los 18 meses de prisión preventiva impuesta por el Poder Judicial en el penal de mujeres de Chorrillos.

Así lo informó en su cuenta de Twitter el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), que explicó que la procesada fue clasificada en dicho establecimiento penal conforme a los procedimientos establecidos por el Inpe.

Los delitos imputados a Cabanillas Sánchez son estafa, suplantación de identidad y falsificación de documentos que tienen una pena privativa de la libertad máxima de 8, 4 y 5 años, respectivamente.

Cabanillas Sánchez, conocida como la Mommy Yankee, es acusada e investigada por estafar a miles de personas al vender boletos virtuales falsos para varios espectáculos en Lima, como conciertos de Bad Bunny, Morat, Coldplay y diversos partidos de fútbol, entre otros.

Durante la audiencia de control de identidad del Poder Judicial, que se realizó el pasado 23 de junio, la joven reiteró que se encuentra embarazada y que presenta síntomas que pondrían en riesgo su gestación. 

Ante ello, jueza María Lauya, del Noveno Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte de Lima, dispuso que, una vez recluida en el establecimiento penitenciario que corresponda, Cabanillas sea analizada por un médico.

La jueza recordó que ella tiene prisión preventiva por 18 meses, por lo que debe ser trasladada por el Instituto Nacional Penitenciario a un penal en las próximas horas. La medida impuesta vencerá el 21 de diciembre del 2024.

La venta de entradas falsas se hizo de manera sistemática entre marzo y octubre del 2022. El monto generado producto de este hecho ilícito asciende a 85,957 soles. 

Cabanillas ofrecía las entradas por redes sociales y aseguraba que su padre trabajaba en la Asociación Peruana de Autores y Compositores (Apdayc); con ese falso argumento, justificaba el bajo precio que ofertaba. 

Además, se reunía con sus víctimas, mostraba su documento de identidad y los llevaba hasta su presunto domicilio, ganándose su confianza. Tras realizar la transacción, bloqueaba a los agraviados para evitar reclamos.

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