Un nuevo reporte revela que la reciente interdicción realizada en el cerro El Toro no ha detenido el avance de las actividades de la minería ilegal en el bosque Polo en Huamachuco, provincia de Sánchez Carrión, pese a las prohibiciones de la Gerencia Regional de Minería e Hidrocarburos de La Libertad.
Las autoridades vecinales de los caseríos afectados por esta ilícita actividad no pueden denunciar abiertamente lo que ocurre en estas zonas ya que son amenazados por gente de mal vivir y delincuentes que protegen el bosque Polo. De nada ha servido la interdicción en el cerro El Toro realizada hace dos meses, ni tampoco el accionar de las rondas campesinas, lamentan.
Tránsito libre para los ilegales
Un seguimiento realizado durante la última semana en el lugar reveló el aumento de camiones y de extracción ilegal en los socavones ilegales que se ocultan en el follaje del bosque de propiedad de Fernando Polo Espejo y su familia, que es propietaria de esta área considerada el pulmón de Huamachuco, pero que desde hace años camufla una red de socavones ilegales, una zona donde la Policía local no ejerce ninguna acción para imponer el orden.
Es imposible que la ronda campesina de Coigobamba no se percate de lo que sucede durante todo el día y la noche. La salida y entrada de camiones es notoria. “Queremos fuera a los matones que nos amenazan con armas de largo alcance. Nosotros preguntamos dónde está la fiscal Lastenia Acuña, que conoce a la familia Polo, y la Policía. Vinieron un fin de semana, volaron unos socavones y nunca más volvieron. Una parte de la ronda Coigobamba está al servicio de la familia Polo”, cuestionan los dirigentes comunales que se oponen a la contaminación y la criminalidad generada por los ilegales.
Alertaron que el tránsito de los camiones con mineral extraído ilegalmente ha aumentado, pese a las disposiciones de la Gerencia Minería e Hidrocarburos de La Libertad que prohibió toda actividad minera en el bosque Polo y en las concesiones otorgadas
El precio de una onza de oro supera los dos mil dólares en el mercado internacional, un valor que habría comprado más de una conciencia en esta parte de la sierra de La Libertad. Solo así se puede explicar la impunidad con que actúan los mineros ilegales afectando y deforestando esta área verde. “Si la ley prohíbe la actividad minera en el bosque Polo, cómo es posible que los camiones y delincuentes hayan aumentado en Coigobamba. Esto también va de la mano de la corrupción y el poder”, indicaron.
El hijo del dueño del bosque, Pedro Polo Lozano declaró hace un mes que su familia se dedicaba a la agricultura y a la venta de madera. Dijo además que estaba preocupado por las amenazas contra su vida y que su bosque era tan extenso que no podía controlar o impedir el ingreso de parqueros.
Sin embargo, los pobladores cuestionaron que, ante el evidente ingreso de camiones a su predio durante el día y la noche, no ha hecho denuncias. Menos ante la fiscalía de Medio Ambiente donde se sabe hay más de una buena relación. Tampoco ante la Gerencia Regional de Minería donde al parecer brindan algunos anuncios oportunos.
