El Gobierno desestimó por el momento recurrir a un confinamiento de la población y establecer la ley seca para detener las fiestas clandestinas, como medidas de contención ante la segunda ola de contagios del covid-19 en el país.En el primer caso, la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, señaló que, si bien el Gobierno evalúa permanentemente la evolución de la enfermedad, tratando de buscar un balance entre salud y economía, “por el momento el confinamiento de la población no ha sido considerado”.
No obstante, refirió que en función del análisis que se hace de la situación, y de ser necesario, se convocará a un Consejo de Ministros extraordinario para evaluar nuevas medidas.
«Esperamos no llegar a una situación extrema que obligue a tomar medidas más severas», añadió. No a la ley seca Por su parte, la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, descartó que se declare una “ley seca” para contrarrestar las fiestas clandestinas y el consumo de alcohol que se realiza en ellas.
“Yo puedo dar ley seca y en mi casa tengo un buen almacén. Por consiguiente, lo más importante es que todos seamos conscientes (sobre lo que tenemos que hacer) en medio de la pandemia”, dijo la ministra.
Asimismo, Mazzetti, indicó que desde el Gobierno pueden sacar normas, disponer de las fuerzas del orden, pero que si la población no “asume responsabilidad”, el país no obtendrá el éxito esperado y que solo se logrará el control momentáneo de la situación.
“Lo más importante, más que cualquier medida coercitiva, es que cada uno de nosotros asuma su responsabilidad (…) si cada uno de nosotros nos cuidamos con las medidas habituales y evitamos los espacios que están cerrados, las concentraciones de personas, los contactos físicos estrechos, la exposición continua, podremos mantenernos en un equilibrio adecuado entre seguir haciendo nuestras actividades y evitar el contagio”, afirmó.
Ambas autoridades participaron en la conferencia de prensa celebrada esta tarde en Palacio de Gobierno, junto a la ministra de Vivienda, Solangel Fernández.
