Uno de los retos ante la crisis sanitaria que ha golpeado a nuestro país y al mundo entero es mantener en condiciones seguras a toda la comunidad educativa y un estándar de calidad que permita el retorno progresivo a las aulas, con la participación y la responsabilidad de todos los actores.

Con la llegada de la pandemia todo el ecosistema educativo se vio inmerso en una nueva realidad con desafíos para estudiantes, docentes e instituciones. En este contexto, la educación híbrida es un reto que se avecina. Este modelo educativo combina la educación virtual con la presencial. Su proceso de enseñanza-aprendizaje permite la flexibilidad entre las clases y las actividades en Internet, al igual que las evaluaciones, orientaciones y otros aspectos específicos que fueron vistos tradicionalmente de manera presencial en la escuela.

Mediante esta enseñanza el docente puede emplear la autoevaluación y coevaluación; adaptar sistemas eficientes de gestión educativa; equipamiento, infraestructura y conectividad. Por otro lado, permite una visión de equidad involucrando a todos los estudiantes en el proceso de aprendizaje. Además, cuenta con mayor flexibilidad y movilidad, ya que el proceso se adecúa en gran parte a sus rutinas.

Para Isabel Peñaherrera, especialista de Corefo y Microsoft – Ecuador, es importante realizar nuevas pedagogías que permitan la gamificación, crear conexiones sólidas maestro-estudiante, una experiencia de aula vinculante, personalizada y significativa; y contención socio-emocional. Por su parte, Gabriel Zúñiga, especialista de Corefo y Google for Education – Chile, señala que el rol que cumple la comunidad educativa (docente, estudiante, padres de familia, etc) es adaptarnos a nuevos recursos sincrónicos de forma progresiva.

Frente a este panorama, los especialistas de Corefo explican cuatro beneficios de la educación híbrida:

1.           Los estudiantes aprenden a su propio ritmo. Los estudiantes regulan los momentos del aprendizaje autodirigido; si bien es cierto, el docente es el que enseña y también es un mediador. “En la actualidad, los estudiantes construyen sus propios conocimientos, desarrollan autonomía y la habilidad colaborativa; consumen tecnología y deben ser responsables y entender la seguridad en la red”, explicó Zúñiga.

2.           Sistema ágil e innovador. La educación híbrida es útil y productiva en cuanto se promuevan pedagogías que nos lleven al aprendizaje profundo y significativo. Facilita la adquisición de nuevas habilidades y destrezas. Además, prepara a los estudiantes para los entornos modernos de aprendizaje y entornos laborales globales.

3.           Reducción de costos. La reducción de costos es básica en el proceso híbrido, ya sea desde la elaboración de contenidos y herramientas de enseñanza hasta el valor del curso. Además, se evita el uso constante de los espacios presenciales y disminuye los gastos.

4.           Optimización del tiempo. Con la educación híbrida el tiempo es mejor aprovechado, ya que los materiales didácticos y los recursos disponibles como plataformas web, reuniones por videoconferencia, entre otras técnicas de aprendizaje, facilitan el proceso de enseñanza.

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