En 1970, frente a diversas necesidades del país, se adquirieron las primeras naves Lockheed, más conocidas como Hércules. Estos aviones permitieron integrar el país, insertando múltiples poblaciones a la economía nacional.

El 5 de noviembre de 1970, en una sencilla ceremonia, el vicepresidente de la compañía norteamericana Lockheed Martin entregó oficialmente las dos primeras aeronaves L-100-20 Hércules para la Fuerza Aérea del Perú (FAP).

El hecho marcó un hito en la aviación de transporte militar en el Perú. Las aeronaves eran nuevas y habían costado 11 millones de dólares, incluidos los repuestos y partes para dos años de operación.

Necesidades de un país

Llegaron en un contexto muy particular, pues pocos meses antes, el 31 de mayo de ese año, el Perú había sufrido la catástrofe nacional más grande de su historia: el terremoto de Áncash, donde perdieron la vida 75,000 personas y 380,000 resultaron heridas, con pueblos y ciudades devastadas.

Por esta emergencia, la FAP hizo el puente aéreo más largo de su historia con sus obsoletos medios disponibles, con lo que quedó demostrada la importancia de contar con medios aéreos adecuados para mitigar los efectos de los fenómenos de la naturaleza, que son recurrentes en nuestro país.

El otro hecho importante que se producía por esa fecha fue el boom petrolero en nuestra Amazonía, impulsado por el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, que presidía el general EP Juan Velasco Alvarado.

En dicha actividad se requería una demanda considerable de transporte aéreo especial, por las dimensiones y tonelaje requerido; y el mercado aerocomercial del Perú no tenía capacidad para atenderlo.

Por ello, en 1972 se dio la Ley N° 19482, por la cual se reservaban los trabajos aéreos de estas actividades para el Estado. De esta manera, se aseguraban dos cosas: 1) que los costos de dichas operaciones no se elevaran demasiado; y, 2) que las utilidades generadas por estos servicios beneficiaran directamente al Estado peruano y no cayeran en manos extranjeras, a fin de que no se perdiera la oportunidad de beneficiar al país.

Estos trabajos fueron ejecutados por la FAP y trajeron consigo los fondos necesarios para la adquisición de una considerable cantidad de aviones y helicópteros, entre ellos tres nuevas aeronaves Hércules, sin que represente un gasto para el Estado.

Ello permitió no solo brindar esos servicios a las compañías petroleras, sino también atender la demanda de transporte aéreo nacional, pero lo más importante fue que se pudo contar con los medios para atender las necesidades sociales mediante una red de vuelos cívicos de bajo costo, que insertó múltiples poblaciones a la economía nacional, dinamizándola y llevando la presencia del Estado a donde nunca antes se había llegado mediante una verdadera labor de integración nacional.

Solidario y singular

El Hércules también ha contribuido con la buena imagen del Perú en el ámbito internacional, cuando en múltiples oportunidades llevó ayuda a los países que sufrieron desastres naturales, trasladó a las fuerzas de paz de las Naciones Unidas (los cascos azules) y las 27 operaciones que ha desarrollado con éxito, hasta la fecha, en la Antártida.

La capacidad de estos aviones, con sus 20 toneladas de carga útil, así como el volumen de sus bodegas, prácticamente cuadruplicaban la capacidad de las anteriores aeronaves, además de la velocidad (40% superior). El nivel de vuelo que podía alcanzar y sus cuatro potentes motores lo hacen un avión único.

Esta capacidad ha permitido atender con eficiencia las necesidades del país, tanto para la defensa nacional en dos conflictos externos, como en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, además de atender las necesidades de la reconstrucción del norte del país luego del terremoto de 1970.

A ello se suman múltiples puentes aéreos por inundaciones y catástrofes naturales, así como contribuir al desarrollo económico y social del país.

Luego de medio siglo de trabajo ininterrumpido de estas aeronaves, podemos estar orgullosos y seguros de que esta ha sido una de las mejores inversiones que históricamente ha tenido el país.

Esta es la primera vez que un tipo de aeronave cumple medio siglo continuo volando los cielos del Perú. En el ámbito mundial solo cuatro tipos aeronaves lograron una meta similar, con la diferencia de que esta aeronave aún se mantiene en línea de producción en versiones más avanzadas.

Hoy no solo celebramos el aniversario de los Hércules en el Perú. Conmemoramos el éxito de una inversión pública bien planificada y ejecutada, que permitió contribuir al desarrollo nacional, atender las necesidades de la defensa nacional y de la sociedad, sin que signifique gasto para el Estado, toda vez que las operaciones de las aeronaves y helicópteros eran autogeneradas por sus respectivos grupos aéreos.

Es justo reconocer que estos proyectos para financiar defensa y desarrollo simultáneamente se ejecutaron durante la gestión del teniente general FAP Rolando Gilardi Rodríguez, entonces ministro de Aeronáutica y comandante general de la FAP.

En la actualidad, la Fuerza Aérea del Perú continúa operando con dos de estas potentes aeronaves modernizadas y, próximamente, incorporará dos aeronaves más en condición de usadas, adquiridas a España.

Ello permitirá continuar atendiendo las necesidades del Perú durante la actual pandemia del covid-19 y los más recientes fenómenos naturales.

Texto: coronel FAP (r) Rolando Cárdenas Brou

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